lunes, 17 de diciembre de 2012

La crispación.


Entre Usted y yo,… la sociedad vive demasiado crispada.

Podríamos pensar que es algo lógico. La crisis que vivimos actualmente, no ayuda demasiado a la hora de intentar mantener la serenidad. Lógicamente, hablo de la sociedad de clase media. La alta sociedad está demasiado alta como para llegar a crisparse mínimamente y, desde luego, su crispación viene dada por motivos bastante diferentes que aquellos que producen la crispación de la clase media.

Pero… ¿podemos decir que la crisis, es el único motivo de que la sociedad esté crispada? Si nos referimos al momento actual, es posible que sea el motivo mayoritario, pero si remontamos unos años atrás, sólo unos pocos, cuando la crisis aún no había hecho acto de presencia, nos daríamos cuenta, de que la crispación ya existía. Evidentemente era otro tipo de crispación, pero podemos considerarla como la semilla que estaba plantada.




Quizás dicha crispación, estuviera un tanto oculta y no fuera tan evidente, pero se revelaba al mínimo contratiempo. Ya fuera por el estrés producido por las prisas, la mala costumbre de colocarnos a la defensiva, o simplemente una pésima educación. Cualquier contratiempo actuaba de detonador propiciando explosiones en forma de contestaciones, insultos y malos gestos hacia el vecino.

A quién no le ha pasado, que cuando a la hora de salir en un semáforo, y tras calársele el coche,  ha tardado el “escandaloso” tiempo de diez segundos en arrancar el coche, mientras el crispado de turno le propinaba una sonora pitada acompañada de gestos e insultos… O aquel a quien le roza junto a la barra de un pub, y se vuelve hacia uno con mirada amenazante en plan “si me vuelves a rozar te mato”.

Sí, sólo son dos ejemplos, pero las situaciones en que la crispación aparece son muy numerosas, y me niego a creer que el culpable es el deterioro del café del desayuno. Creo que usted también se ha dado cuenta de que, el verdadero motivo de tal crispación se revele, sólo es uno.  Porque la crispación puede ser producida por muchos motivos, pero sólo hay una razón de que se revele: la falta de educación. O si lo prefiere, la mala educación, aunque es prácticamente lo mismo que no tenerla.

Cuando hablo de educación en este contexto, me estoy refiriendo al tipo de educación que permite a quien la tiene, poseer un mínimo de comprensión ante las circunstancias que sufren otros individuos. Lo que viene siendo educación cívica. Es decir, aquel que cuando ve que el coche que tiene delante, se cala y no se mueve, es lo suficientemente comprensivo para ponerse en la piel del acelerado conductor, posiblemente novel, y esperar pacientemente a que solucione el problema.



Me dirá usted, que en ocasiones es sumamente fácil perder la calma… Error. La mayoría de gente que pierde la calma, es porque no hace demasiado esfuerzo en estar calmado. Y se crispa. Y si quien está enfrente de un crispado, se pone a la defensiva y también se crispa, nos encontraremos ante un enfrentamiento inminente…

No sé usted, pero yo abogo por fomentar, mucho más de lo que la fomentamos, a la educación cívica. No es difícil, se puede empezar por contar hasta diez mentalmente… suele funcionar. Y si no, seguimos hasta veinte.




7 comentarios:

  1. !!Hola,Elvis!!

    Las situaciones no previstas o no deseadas, por cualquier cosa, nos altera y hace q se produzcan situaciones de mucha tensión y mucho estrés,esto influye en la forma de relacionarnos con los demás.Y te doy la razón,hay q calmarse y después actuar.

    Esto lo se con conocimiento de causa,yo,antes me crispaba a la mínima,me ha costado mucho poder controlar esos impulsos,pero voy por buen camino,lo voy logrando.

    Me ha gustado mucho tu post,una buena reflexión.
    Muchísimos besitos,Elvis.

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  2. Esmeralda, lo peor de todo, es que mucha gente ni siquiera hace lo más mínimo por cambiarlo, le echan la culpa al estrés, se quedan tan anchos y a seguir el mismo camino. Te felicito por el esfuerzo, eso ya vale mucho.
    Besos.

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  3. ¡Anda! ¿otro blog? ¿y eso? Vas a conseguir crisparme saltando de un lado a otro lado, caramba.
    Pero creo que tienes razón. La crispación se retroalimenta y no tarda mucho en llegar a su límite. A mi me encantan las personas calmadas.
    ¡FELIZ NAVIDAD!

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  4. Juan Carlos, jajaja, cálmate, no hace falta que saltes, basta con dar un pasito. Es que hay cosas que no tienen gracia para exponerlas en un Blog de humor.
    Ya somos dos, en la calma está el secreto.
    Abrazo y felices fiestas.

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  5. ser;a que el principio de el cambio ser;a en... tener actitud :P

    ...

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  6. Jo, la actitud lo marca todo. Y desde luego que con una actitud más positiva y creativa se llegaría más lejos y más rápido.
    Besos y bienvenida a tu casa.

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  7. toda la razon del mundo, vivimos alteradisimos desde antes de la crisis, somos una sociedad inconformista e impaciente y de ahi viene todo. mira un dia en una conferencia de fernando sabater creo q era nos contaba con toda la razon del mundo otro ejemplo mas "antiguamente si queriamos desplazarnos te montabas en un coche que iba a 90km/h sin gasolina para llegar a la playa y tardabas 5 horas lo q ahora lo hacemos en 3, bien acondicionados, comodos, con musiquita, sin perderte por el gps... mas antiguamente aun, nos moviamos en carros de caballos, burros o andando y aveces un viaje a otro pais podia suponer una semana o mas viajando y no digo nada de lo que se tardaba en cruzar el oceano y ahora puedes cruzar a cualquier parte dle mundo en cuestion de horas PERO si vas a l aeropuerto y tu vuelo se ha retrasado dos horas te entra un cabreo que te dura el resto del dia" totalmente cierto verdad? no hay nada como q nos lo pongan todo facil para que nos cabreemos como nunca

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